Wednesday, April 20, 2011

EL VERDADERO ROSTRO DE "LOS PACÍFICOS"

El verdadero rostro de “Los Pacíficos”
Por Gabriel Castillo-Herrera.
El titular del día 20 de abril del periódico mexicano “La Jornada” informa sobre una iniciativa de reforma constitucional que facultaría al titular del Ejecutivo –Felipe Calderón, elegido en tribunales- a arrogarse el control del ejército sin tener que consultar al Poder Legislativo. El encabezado del diario se complementa con: “…Lo faculta para enfrentar ‘cualquier quebranto al orden social’, como el narco.”.
Es sabida la propensión de Calderón a “solucionar” los problemas del país mediante la fuerza, ya sea del ejército, del derecho (uno al servicio de los poderosos), de la hueste más agresiva, ultraconservadora y reaccionaria de su partido (el PAN), y del mediático televisivo (los magnates del ramo, Emilio Azcárraga Jean y Ricardo Salinas, que se han enriquecido merced a la “democracia” inaugurada en el año 2000).
Un poco de remembranza. Durante el proceso electoral para renovar el Poder Ejecutivo del año2006, estos poderes –con excepción del ejército- se aliaron para denostar al candidato más fuerte hasta dos meses antes del de las elecciones: Andrés Manuel López Obrador. Se utilizó la violencia verbal más pedestre (antes se había desaforado a López Obrador para juzgarlo por un asunto ridículo para cerrarle el camino a la candidatura opositora); sin embargo, Feli-pillo y sus tres colaboradores más cercanos –ya desaparecidos, uno físicamente y dos políticamente- dieron en llamarse a sí “la fuerza de los pacíficos”.
Y “los pacíficos” contaron con todo el poder de las televisoras para difundir la idea falaz, inicua e ilegal (puesto que el Instituto Federal Electoral así lo consideró) de que López Obrador significaba “…un peligro para México”. (Reza un adagio popular: “favor con favor se paga”, Calderón, ya en la silla presidencia, liquidó a empresa Compañía de Luz y Fuerza del Centro para entregarle la fibra óptica de tal empresa, que era de carácter paraestatal, a Emilio Azcárraga y su empresa Televisa).
El “pacífico” Calderón ha desatado, hoy, una absurda guerra contra el narco que ya sobrepasa los 40 mil muertos, muchos de los cuales han sido “daños colaterales” (civiles asesinados por el ejército y la policía).
“Pacífico” y muy católico; tanto que estará presente –a título de jefe de Estado, no como particular- en la canonización de Juan Pablo II, a pesar del carácter laico del Estado Mexicano.
Pero volvamos al punto de inicio, al encabezado del diario “La Jornada”. Llamo la atención sobre el texto mencionado: “…Lo faculta para enfrentar ‘cualquier quebranto al orden social’…”. Ante una visión tan distorsionada de lo “pacífico”, como es la calderoniana, “…cualquier quebranto al orden social”, puede ser –literalmente- cualquiera; cualquiera que no esté de acuerdo con el calderonato. El bushiano apotegma: “si no estás conmigo, estás contra mí”. Fascismo de la más pura escuela.
López Obrador ha estado propiciando que se forme un amplio frente popular denominado Movimiento Regeneración Nacional, alejado –al menos en forma- del caduco y corrompido sistema de partidos políticos, con miras a las elecciones del año 2012; es un movimiento que ya cuenta con un buen número de células nacidas a partir de la organización popular. En una algo reciente entrevista periodística, Calderón insistió en que aquél representaba “un peligro para México”. Entonces cabe preguntar: ¿es que cada uno de los participantes en el Movimiento Regeneración Nacional (MORENA) será –por extensión- considerado por el “pacífico” Calderón como “peligro para México”.
Así las cosas, queda un resquicio para la sospecha de que la iniciativa -que pretende que el presidente elegido en tribunales pueda disponer de las fuerzas armadas sin consultar al legislativo- esté lanzando una advertencia, nada subliminal, al lopezobradorismo constituido en MORENA, a sectores de la clase media ilustrada y a pequeños empresarios que ya están fastidiados de tanto yerro e ineficacia del gobierno federal.
Si el proyecto de ley es aprobado, el “pacífico” Calderón mostrará claramente su verdadero rostro: el fascismo.

Friday, April 08, 2011

¿MÉXICO EN LA MIRA?

Por Gabriel Castillo-Herrera. Resultan curiosas, por decir lo menos, las declaraciones de la encargada de la agencia norteamericana del combate a las drogas (DEA) expresadas en Cancún, Q.R., durante la inauguración de los trabajos de la 28 Conferencia Internacional contra las Drogas, en el sentido de que en el territorio al norte del Río Bravo los enervantes son distribuidos por personajes de los carteles mexicanos. “Curiosas”, escribí; pero el adjetivo ad hoc resultaría ser “cínicas”. La señora Michele Leonhart se engaña o pretende engañar incautos –o cómplices- para justificar la escalada injerencista del gobierno de su país en el nuestro con miras, según quien esto escribe, a la afganistación de México (para lo que cuentan con su Pervez Calderón). De ser como ella sugiere –aunque hay una larga historia que demuestra que gracias a negocios ilícitos, como era el alcohol, el juego y como son las drogas, se levantaron emporios como las Vegas, manejados por la Mafia en contubernio con altos personajes del espectáculo y de la política de ese país: gente “decente” pues- la primera incógnita que surgiría sería: ¿qué hace la agencia bajo la dirección de la Leonhart en México? La segunda: ¿qué hace el ejército mexicano en las calles, además de asesinar civiles? Tercera: ¿para qué se comprometió el presidente mexicano -elegido en tribunales- a proteger a los agentes norteamericanos que operan en nuestro país, lo cual –dicho sea de paso- es una medida anticonstitucional? Se me ocurre responder a las tres preguntas de la siguiente forma. Primero: la DEA debiera combatir a los narcos allá, donde dice que operan. Dos: desatar una guerra, apoyándose con su ejército en las calles, afrontando el costo de los “daños colaterales” (muertes de civiles) y más de 30 mil norteamericanos muertos (que, por cierto, es un promedio de las víctimas “normales” de la violencia y el alcohol, no asociada a las drogas “duras”, en ese país). Tres: que agentes mexicanos operen libremente y protegidos por autoridades norteamericanas para descubrir los nexos existentes entre los narcos y otros sectores como la política y las finanzas. Ironías aparte, suena absurdo. Pues así de absurdo (el gobierno de Obama se derrumbaría en tres días) es que el gobierno mexicano continúe aceptando la imposición de medidas para combatir a los narcotraficantes (cabe decir, selectivamente) desde el extranjero mientras que desde el extranjero se les facilita a los capos el armamento para guerrear contra el ejército mexicano. Y ahí estaba muy ufano García Luna (el mexicano encargado del combate a la delincuencia organizada) recibiendo elogios de la gringuita. La historia del conservadurismo en México se repite: quienes nada se sienten ni son si no es con el reconocimiento del personaje o gobierno extranjero; candidatos idóneos para el terapeuta o el psiquiatra; lo malo es que no se trata de asuntos de personalidad de índole particular, sino de que son los que gobiernan a México. Y acá viene lo más preocupante: la visión -no sólo de la encargada de la DEA, sino de múltiples instancias de poder- neoconservadora en los Estados Unidos, está sugiriendo que el narco en México tiene ligas con el terrorismo (aunque jamás se ha dicho a quién o quienes consideran “terroristas”). Según la experiencia de los últimos años, “terrorista” para los gringos puede ser cualquiera que se oponga ideológicamente a sus formas de controlar el mundo. Los talibanes de las barras y las estrellas “talibanizan” a quien no esté de acuerdo con ellos o al país de donde puedan extraer –al costo que sea- lo que es más preciado para esta nación oleófaga: reservas petroleras. Y México las tiene.