Escupir p'arriba
ESCUPIR P’ARRIBA.
Por: Gabriel Castillo-Herrera.
El Secretario General del PRD, José Guadalupe Acosta, se lanza públicamente contra López Obrador. ¡Menuda perla! ¿Dónde aprendió a hacer política? ¡Seguro que en las ya legendarias Academias Vázquez! No es que sea incorrecto diferir de éste, no; pero la regla de oro en política, y en cualquier tipo de asociación, es que “la ropa sucia se lava en casa”. Sin embargo, don Lupe no lo entiende; se apresuró a confirmar que la voz que se escucha en una grabación filtrada a los medios por algún otro desorientado (o por él mismo) era suya.
Don Lupito no entiende que con ese tipo de posturas no le hace daño al líder perredista más notorio, del que parece haberse distanciado, sino que le da armas a los opositores para denostar al PRD en su conjunto; al partido en el cual milita y forma parte de la dirigencia el mismísimo Lupillo.
Cualquiera sabe que si escupe p’arriba el gargajo le cae en la cara; pero don Lupe se siente con la suficiente sapiencia como para desmentir a Newton; y sufre las consecuencias: el soberbio es tonto dos veces. No logra comprender que el escupitajo salpica a todo el partido; eso es lo grave. Tal parece que don Lupito no se enteró que el Estado mexicano aprovechó todo lo que estuvo a su alcance para nulificar el avance de la izquierda; para evitar a toda costa que AMLO llegara a la presidencia de la República; no se enteró que los ataques no han concluido ni siquiera después de la chanchullera validación del TEPJF a favor de Calderón; el Estado sigue haciendo su tarea: pretender disolver la fuerza del frente popular del que es líder, indiscutiblemente, López Obrador. Y don Lupejo la hace de cómplice del Estado. ¿Realmente es un hombre de izquierda como sugeriría el pertenecer al PRD? Más parecería comparsa de Vicente Fox, de los medios sedientos de embute modernizado, de los panistas más yunquistas, o de la misma Rosa Payán; de quienes se empeñan en continuar atacando a AMLO a diestra y siniestra. ¿Querrá ser invitado de honor al programa Tercer Grado, ser locutor de Formato 21, o merolico de Gobernación?
Hay que mandar a la escuelita a todos esos lidercillos que se dicen “de izquierda” pero que no tienen la mínima idea de lo que ello significa: luchar por la justicia social en nuestro país, no por favorecer la conformación de pequeñas elites dentro de minúsculos sectores sociales, otrora desprotegidos, a fin de conservar liderazgos de privilegio; eso lo hizo el PRI durante decenios, lo que se tradujo en corrupción institucionalizada. Para lograr la justicia social se requiere cultura política, y eso sólo se puede lograr con un hondo conocimiento teórico de las condiciones que privan en una sociedad y con una férrea disciplina para la práctica avalada por el primero; no basta ser un “grillo” de tiempo completo.
Si don Lupillo quiere seguir escupiendo p’arriba, que lo haga; muy su gusto. Pero sería bueno que lo hiciera fuera del partido –y quitándose la etiqueta de “izquierdoso”- para que fuera congruente con sus actitudes.
A fin de cuentas, a la Payán no le fue otorgada la candidatura perredista para contender por el gobierno yucateco; ¿para qué tanta bulla? Ya lo he dicho: el enemigo está enfrente. El pugilismo interno es de saboteadores; sí, de lupejos y algunos chuchines carroñeros, émulos de Hernando Ixtlilxóchitl: capaces de tratar de asesinar al hermano para adueñarse del reino de su tribu, aunque sea aliándose con el enemigo común.
Correo: arbolperenne@yahoo.com.mx
Por: Gabriel Castillo-Herrera.
El Secretario General del PRD, José Guadalupe Acosta, se lanza públicamente contra López Obrador. ¡Menuda perla! ¿Dónde aprendió a hacer política? ¡Seguro que en las ya legendarias Academias Vázquez! No es que sea incorrecto diferir de éste, no; pero la regla de oro en política, y en cualquier tipo de asociación, es que “la ropa sucia se lava en casa”. Sin embargo, don Lupe no lo entiende; se apresuró a confirmar que la voz que se escucha en una grabación filtrada a los medios por algún otro desorientado (o por él mismo) era suya.
Don Lupito no entiende que con ese tipo de posturas no le hace daño al líder perredista más notorio, del que parece haberse distanciado, sino que le da armas a los opositores para denostar al PRD en su conjunto; al partido en el cual milita y forma parte de la dirigencia el mismísimo Lupillo.
Cualquiera sabe que si escupe p’arriba el gargajo le cae en la cara; pero don Lupe se siente con la suficiente sapiencia como para desmentir a Newton; y sufre las consecuencias: el soberbio es tonto dos veces. No logra comprender que el escupitajo salpica a todo el partido; eso es lo grave. Tal parece que don Lupito no se enteró que el Estado mexicano aprovechó todo lo que estuvo a su alcance para nulificar el avance de la izquierda; para evitar a toda costa que AMLO llegara a la presidencia de la República; no se enteró que los ataques no han concluido ni siquiera después de la chanchullera validación del TEPJF a favor de Calderón; el Estado sigue haciendo su tarea: pretender disolver la fuerza del frente popular del que es líder, indiscutiblemente, López Obrador. Y don Lupejo la hace de cómplice del Estado. ¿Realmente es un hombre de izquierda como sugeriría el pertenecer al PRD? Más parecería comparsa de Vicente Fox, de los medios sedientos de embute modernizado, de los panistas más yunquistas, o de la misma Rosa Payán; de quienes se empeñan en continuar atacando a AMLO a diestra y siniestra. ¿Querrá ser invitado de honor al programa Tercer Grado, ser locutor de Formato 21, o merolico de Gobernación?
Hay que mandar a la escuelita a todos esos lidercillos que se dicen “de izquierda” pero que no tienen la mínima idea de lo que ello significa: luchar por la justicia social en nuestro país, no por favorecer la conformación de pequeñas elites dentro de minúsculos sectores sociales, otrora desprotegidos, a fin de conservar liderazgos de privilegio; eso lo hizo el PRI durante decenios, lo que se tradujo en corrupción institucionalizada. Para lograr la justicia social se requiere cultura política, y eso sólo se puede lograr con un hondo conocimiento teórico de las condiciones que privan en una sociedad y con una férrea disciplina para la práctica avalada por el primero; no basta ser un “grillo” de tiempo completo.
Si don Lupillo quiere seguir escupiendo p’arriba, que lo haga; muy su gusto. Pero sería bueno que lo hiciera fuera del partido –y quitándose la etiqueta de “izquierdoso”- para que fuera congruente con sus actitudes.
A fin de cuentas, a la Payán no le fue otorgada la candidatura perredista para contender por el gobierno yucateco; ¿para qué tanta bulla? Ya lo he dicho: el enemigo está enfrente. El pugilismo interno es de saboteadores; sí, de lupejos y algunos chuchines carroñeros, émulos de Hernando Ixtlilxóchitl: capaces de tratar de asesinar al hermano para adueñarse del reino de su tribu, aunque sea aliándose con el enemigo común.
Correo: arbolperenne@yahoo.com.mx
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